En relación a la decisión ¿Caminar por la montaña para respirar aire puro? esta es una opinión de Manuel Lezaeta Acharán
- Manuel Lezaeta Acharán
- Medicina
Esta es la opinión del experto
Decía Hipócrates: “El aire puro es el primer alimento y el primer medicamento”. El aire puro no es sólo salud, es alimento. El aire puro debe estar presente en nuestro día a día, preferiblemente proveniente del campo, el bosque, la montaña o la orilla del mar.
“Como alimento, el aire puro abastece la mayoría de nuestras necesidades fisiológicas, de tal modo que en el campo, en el bosque, en la montaña o a orillas del mar, se puede vivir principalmente de aire y secundariamente de alimentos destinados al estómago. Esto se puede ver en la frugalidad de los campesinos que, a pesar de sus rudas labores y enérgico desgaste físico, viven sanos con tortillas y frijoles”.
“A la inversa, en las ciudades, donde el aire como alimento no reúne las excelencias del aire puro, para mantener la energía vital, el hombre necesita recargar la alimentación estomacal, a lo cual se suma la mala elección de los alimentos que mantiene un estado general de insuficiencia vital”.
“El aire debe entrar a nuestra economía por dos conductos: por los pulmones y por la piel. La piel es un tercer pulmón, a la vez que un tercer riñón, absorbiendo normalmente la cuarta o la quinta parte del oxígeno que necesitamos y expeliendo en análoga proporción los desperdicios de nuestro desgaste orgánico”.
“Para que la piel desempeñe sus funciones es indispensable que esté en contacto directo con la atmósfera o al menos que ésta se renueve sobre aquella, de aquí la importancia de los baños de aire y lo perjudicial de las camisetas y la ropa pegada al cuerpo”.
“Mientras mejor nos alimentamos de aire, menos necesidad tendremos de alimentos estomacales, es por esto que en las personas que tienen insuficiencia pulmonar, como los tísicos, se desarrolla una gran actividad digestiva, siendo clásico el apetito de estos enfermos que nunca se satisfacen”.
“Así como para tener una buena digestión es necesario saber comer, también debemos saber respirar. Por eso es necesaria la gimnasia respiratoria, varias veces al día, y especialmente en la mañana haciendo respiraciones profundas durante algunos minutos con la boca cerrada”.
“Debemos pues, buscar el aire puro a toda hora, como el alimento más precioso para conservar nuestra salud, durmiendo todo el año con la ventana abierta y, si es posible, en el verano haciéndolo en el patio o bajo los árboles”.