Desde muchas ONG se desarrollan campañas destinadas a la captación en los países industrializados, de material informático y otros dispositivos electrónicos, para ser llevados a países en vías de desarrollo con el objetivo de palear la brecha digital y la desigualdad social en cuanto a acceso tecnológico.
Los críticos con este tipo de donaciones señalan que se trata de material obsoleto, muchas veces averiado, y que al final acaba como basura digital en los países a los que se pretende ayudar.
Ceder el ordenador y otros materiales informáticos para ser enviados a países en vías de desarrollo está transformándose en una nueva vía de apoyo solidario y una nueva estrategia de colaboración de muchas entidades no gubernamentales. El objetivo principal es intentar disminuir la brecha digital que existe entre los países del Norte y el Sur ante la progresión tecnológica. Actualmente las desigualdades sociales en este sentido son evidentes y mientras en los países con más recursos económicos se tiene un acceso casi total a servicios de internet y banda ancha, en otros países con menos recursos, el acceso y el uso de tecnología se limita a un porcentaje escaso de población.
Ante ello, algunos expertos consideran que es parte de la responsabilidad social de los países del Norte contribuir a paliar esta diferencia tecnológica y de allí que se considere que ceder material informático para países en vías de desarrollo, es una buena vía de solidaridad. No obstante, existen otras voces que critican este tipo de donación porque no contribuye realmente a atacar las diferencias sociales a nivel tecnológico, y termina siendo sólo un actuación de marketing de algunas ONG, o bien, sólo calma la inquietud de solidaridad de la ciudadanía de los países industrializados.
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No saber si realmente la cesión de estos materiales informáticos tienen un impacto real en la vida de las personas de países en vías de desarrollo. Desconocer también el uso que las entidades no gubernamentales harán de estos materiales puede afectar a que se contribuya. Considerar que no se pueden ceder materiales informáticos ya usados y que sólo puede llegar a transformarse en "basura tecnológica" en corto tiempo.
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El ceder material informático puede ayudar a mantener el trabajo de algunas ONG en países en vías de desarrollo e intentar palear las diferencias de acceso de algunas zonas geográficas. No obstante, también puede generar que sólo se obsequien aquellos materiales que en breve tiempo estarán en desuso, lo que no genera a la larga un bienestar en la población que los recibe.
3 opiniones argumentadas
- Richard Wray
- Editor de The Guardian
- Blanca Callén
- Doctora en Psicología Social
- Gustau Nerín
- Antropólogo y profesor universitario