Si tenemos ya un diagnóstico de especialista que confirma la dislexia en nuestro hijo, puede surgir la duda de si afrontar el tema con él o ella para informarle, y en ese caso cómo hacerlo. Los sufrimientos que padece en el aula pudieran ser suficiente motivo para que sea positivo hablar abiertamente.
A veces, según la edad de los pequeños, no resulta fácil informarles sobre problemas que se refieren a su salud o a su modo de ser. La naturaleza de la dislexia hace que no deba afrontarse como una enfermedad, pero no siempre se tienen las palabras justas para encarar el tema con el niño o niña que sufre en su carne las dificultades que conlleva.
3 opiniones argumentadas
- Anca Balaj
- Educadora infantil y juvenil en riesgo de exclusión social