
Hay personas que se acostumbran a vivir sin decidir, que posponen constantemente sus decisiones, sobre todo si las emociones están por medio. Temen las consecuencias de elegir una opción, y el tiempo pasa sin que decidan.
Cuando no se decide nada, se puede tener la ilusión de una vida sin complicaciones, pero la realidad suele ser al revés: cuanto más tiempo pasa las cosas se enredan más. Es preciso decantarse por uno u otro camino, por una u otra posibilidad.
12 opiniones argumentadas

María Guillén Grech
- Psicóloga


-
Margarita Soberón Mainero
- Estudiante Hakomi avanzado

-
Josep Maria Forcada Casanovas
- Doctor en Medicina por la Universidad de Barcelona

-
Enrique Baca Baldomero
- Catedrático de Psiquiatría

-
José Lázaro
- Profesor de Humanidades Médicas, UAM. Escritor.