
Hay personas que se acostumbran a vivir sin decidir, que posponen constantemente sus decisiones, sobre todo si las emociones están por medio. Temen las consecuencias de elegir una opción, y el tiempo pasa sin que decidan.
Cuando no se decide nada, se puede tener la ilusión de una vida sin complicaciones, pero la realidad suele ser al revés: cuanto más tiempo pasa las cosas se enredan más. Es preciso decantarse por uno u otro camino, por una u otra posibilidad.
12 opiniones argumentadas

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M. NEUS CALLEJA FERNÁNDEZ
- Psicóloga en Centre d'Assessorament

- Tomás Silva G
- Auditor y gerente de microempresas