En relación a la decisión ¿Progresar en bienestar económico aceptando unas situaciones injustas? esta es una opinión de Martí Olivella
- Martí Olivella
- Licenciado Ciencias Comunicación
Esta es mi opinión de experto
Olivella critica la economía y la vida social basada en el beneficio económico y apunta directamente al sistema financiero mundial para proponer un nuevo modelo de crecimiento sostenible, social, equitativo y equilibrador.
“Hemos de definir nuevos indicadores, con unos nuevos objetivos y la creación de un consenso en el cual todo aquel que está fuera sea mal visto. La fuerza de los consensos, de las hegemonías culturales, es que aquel periodista, profesor, político o economista que decía una cosa diferente, que decía y que dice aún una cosa un poco diferente de lo que es el pensamiento dominante, el pensamiento único hegemónico, no hacía carrera. Dentro del establishment sólo progresas si de alguna manera aceptas aquello que son las verdades dominantes. Vivimos bajo un nuevo tipo de fundamentalismo, no religioso, pero con un dios secular. Nuestro dios que todos adoramos de una manera o de otra, es el afán de lucro; el hacer dinero como valor mucho más hegemónico que los otros, que condiciona y somete todos los demás valores. Un dios que es adorado en todas las compañías cuando han de tomar una decisión. Dicen que tienen en cuenta los derechos humanos, los derechos laborales, los derechos de la naturaleza... pero lo determinante será mejorar la cuenta de resultados, distribuir más dividendos a los accionistas, aumentar la cotización en la bolsa, y para lograr esto, los demás valores quedan arrinconados”.
“Y esto que parece una cosa muy lejana, que solo depende de los directivos y accionistas de grandes empresas, también funciona por nuestra complicidad cuando vamos a comprar lo más barato, las rebajas, sabiendo o sin querer saber, que viene de explotación infantil, laboral o de destrucción natural. El consenso más determinante no es el de Washington, que es de políticas económicas, sino que es el consenso del “hacer dinero” y por tanto de “ahorrar dinero” o de “lucrarnos en cualquier operación” por encima de cualquier otro valor. ¡Este consenso lo tenemos interiorizado! Cambiar esto, es la revolución más dura de todas”.
“El tema es ¿qué otro tipo de desarrollo? Pero esta misma palabra desarrollo es muy complicada: ¿qué tipo de economía sostenible, social, equitativa, equilibradora debemos concebir que nos permita a todos vivir dignamente y necesariamente sin tantos desequilibrios? Porque mientras haya un desnivel tan brutal de la renta, del patrimonio y de las posesiones - y por tanto del poder de incidir en los medios de comunicación y en la política, que son los constructores de nuestras relaciones sociales-, difícilmente podremos salir de este pozo. Debemos entender la realidad social como un sistema dinámico y no como un sistema de ideales o de doctrinas al cual nos adherimos ideológicamente o emocionalmente”.