En relación a la decisión ¿Apoyar la investigación en medicina genómica? esta es una opinión de Juan Carlos Hernández Clemente

Sí

• Juan Carlos Hernández Clemente
• Experto en Bioética Clínica

Esta es mi opinión de experto

A lo largo de la historia, y muy concretamente de la historia de la medicina, cada avance tecnocientífico ha generado controversias sobre si con su aplicación no estaríamos sobrepasando los límites de la naturaleza humana. Hoy sigue cumpliéndose  este axioma entendido  como una proposición tan clara y evidente que se admite sin necesidad de demostración. También es evidente que de un modo u otro, en un tiempo u otro, todos los avances tecnocientíficos han acabado aplicándose en el ser humano, y en medicina, la mayor parte de las veces, en beneficio de los pacientes y en general de la humanidad.
Hoy con la medicina genómica se abren nuevas posibilidades de curación, pero reaparecen los fantasmas sobre los límites que no podemos rebasar para no transmutar al ser humano o a la especie Homo sapiens y en general, a todo aquello conocido por nosotros sobre los seres humanos y su historia.
Pero la medicina genómica se irá abriendo camino pues son muchas las aportaciones que incorpora a la medicina actual. La más importante es que permitirá la personalización del tratamiento, lo que hoy en día se denomina, medicina personalizada. Este modo de terapia permitirá mejorar la variabilidad existente en todo tipo de terapia cuando se aplica, en la práctica clínica, a un paciente concreto. Técnicamente diríamos que la eficacia se igualará a la efectividad. Es decir, el fármaco dado a un paciente en condiciones reales obtendrá los mismos resultados que en laboratorio. Pero también diremos que se romperá la equidad en la atención sanitaria, pues los costes de la medicina personalizada estarán al alcance de un restringido número de países y personas.
Avanzará la llamada medicina predictiva: la que permite, conociendo el genoma de un individuo,  calcular probabilísticamente la aparición de una enfermedad en ese sujeto en un determinado momento de su vida. Pero, por otro lado, “desnudaremos” tanto al individuo que será necesario extremar la confidencialidad sobre todo lo que constituye material sensible (se llama sensible a todo aquello que tiene que ver con la salud o la enfermedad de un individuo).
Podremos mediante ingeniería genética lograr importantes curaciones a nivel de enfermedades monogénicas, al menos en este momento, enfermedades que han sido un lastre hereditario a lo largo de generaciones y pueden ser suprimidas. Pero con ello también estaremos modificando la propia evolución de la especie. El problema mayor, no obstante, no serán  aquellos casos en los que mediante terapia génica o genómica se mejore al individuo y la especie haciendo que desaparezcan enfermedades, sino cuando estos avances tecnocientíficos vayan dirigidos a mejorar rasgos, cualidades, facultades etc. de los individuos, y no a curar enfermedades,  es decir, vayan dirigidos a una medicina mejorativa y no curativa. Es lo que se ha denominado “medicina a la carta”.