En relación a la decisión ¿Favorecer cambios en el sistema democrático? esta es una opinión de Jordi Cussó Porredón

Sí

• Jordi Cussó Porredón
• Presidente de la Fundación Carta de la Paz dirigida a la ONU

Esta es mi opinión de experto

 
En el Congreso sobre Edificar la paz en el siglo XXI, que se celebró en Barcelona, los días 23, 24 y 25 de abril de 2012, se remarcaba el sentimiento de que la democracia, hoy en día, no es capaz de regular el poder financiero, como si éste pudiera estar por encima de todo y de todos, llegando al extremos de que la globalización y los poderes financieros podrían poner en peligro nuestras democracias participativas. La filosofa Adela Cortina recordaba: "Creo fundamental el tema de generar pueblo unido por la deliberación serena, la amistad cívica, para alcanzar los mínimos de justicia y por la cohesión social. Con lo cual la economía no tendrá más remedio que acompañar, porque si la economía que tenemos es financiera y no economía productiva, y todo lo que se decide es estrictamente desde el nivel financiero, las personas nos encontramos verdaderamente desprotegidas, y entonces no les pidan civilidad, ni les pidan amistad, porque aquí no hay cohesión social de ningún tipo ".
 
Hoy, a pesar de los ciudadanos tengamos muchas herramientas para hacer frente a los problemas planteados, no hay duda de que nos sentimos indefensos. La violencia y el desorden que pueden generar los llamados poderes ocultos nos deja como desamparados. Es verdad que el mundo se ha globalizado, pero en este mundo global, si sólo tenemos la ventana del ordenador para abrir en ella, nos sentimos aún más indefensos. Necesitamos más que nunca de una sociedad civil bien organizada, capaz de asociarse no sólo para pensar y expresar lo que se piensa, sino para vivir la vida según sus creencias y su concepción de vida. Podemos permanecer como meros individuos, pero si queremos edificar algo, debemos ser capaces de crear cuerpos sociales.
 
Debemos hacer surgir en el interior de la sociedad, grupos, comunidades, donde la unión principal de los que las forman no sea sólo el vínculo de la consanguinidad, sino la decisión libre de unirse para un objetivo, para unos ideales, para estar juntos, para ayudarse, para crear empresa y para crear tejido social, para favorecer cambios en el sistema democrático. En este sentido, la democratización, el hecho de que la gente pueda participar en el hacer sus propias vidas, es un camino para el desarrollo y, por tanto, un camino para consolidar la misma democracia. Podemos esperar el cambio de las estructuras o empezar a cambiar nuestras actitudes.
 
Seguramente tenemos que hacer las dos a la vez, pero algo queda claro que para edificar la paz, necesitamos de una democracia más participativa, que de un salto cualitativo, y para ello tenemos muchas herramientas en nuestras manos para iniciar una serie de cambios que nos lleven a vivir en este con más paz y justicia.