Celebrar la primera comunión de los niños, se ha convertido en un acto social, desvinculado de las creencias de la familia.
Los regalos, la fiesta y el vestido, que pueden ilusionar a los niños, hacen que muchas familias se sientan obligadas a celebrarla, para no ser menos, que nada tiene que ver con sus propias convicciones o modos de vida. La decisión es si celebrar la comunión o mejor no hacerlo por coherencia.
Las primeras comuniones son acontecimientos familiares que de algún modo marcan la infancia de los niños aunque para muchas personas casi se pierda su contenido religioso. Dan ocasión de ofrecer regalos costosos, lucir ropa nueva, hacer un banquete, incluso haciendo grandes esfuerzos económicos.
4 opiniones argumentadas
- Jorge Ubeda
- Profesor y padre
- Agustín De la Vega LC
- Soy sacerdote