En relación a la decisión ¿Enseñar una sola versión de los hechos históricos? esta es una opinión de Jose Sánchez-Alarcos
- Jose Sánchez-Alarcos
- Analista político
Esta es mi opinión de experto
En historia vale la misma regla que en el periodismo: Las opiniones han de ser libres y los hechos sagrados.
No todo vale en nombre de la pluralidad: la diversidad de interpretaciones enriquece la enseñanza, mientras que la tergiversación y la omisión interesada de los hechos la reduce.
No hace todavía mucho tiempo que en España se han hecho intentos, aún no derogados, como la "Ley de Memoria Histórica" o "Educación para la Ciudadanía" en las que se trataba de mostrar una versión oficial que todo el mundo debía acatar por decreto.
Un repaso de los contenidos establecidos por el B.O.E. de "Educación para la ciudadanía" muestra con claridad que es un concepto sectario, tan sectario como fue intentar borrar el recuerdo de Franco y sus partidarios mientras, entre otras cosas, se le daba a la principal estación ferroviaria de Bilbao el nombre de "Indalecio Prieto".
No tener simpatía alguna por el franquismo no debe significar abrazarse a la II República donde los crímenes se produjeron desde las dos partes, hecho fácilmente comprobable que ahora se trata de borrar desde instancias oficiales.
Sin entrar siquiera en los crímenes, podemos encontrarnos hechos tan pintorescos como que un partido que hoy se proclama defensor del feminismo, atacó con saña a la diputada que en la II República defendió el voto femenino y de la que ahora pretende apropiarse. ¿No habrá nadie que les recuerde que una diputada propia, Victoria Kent, fue quien defendió la postura contraria al voto femenino y que cuando la postura de Campoamor triunfó, fue definida como "Una puñalada trapera a la República" por el ya citado Indalecio Prieto, al que le dedican estaciones los defensores de la versión única de la historia?
Quizás lo más inquietante de la pretensión de tener una versión única es una pregunta: ¿Quién hace esa versión única y con qué legitimidad?
Es posible que alguien alegue que el autorizado para tal versión debe estar avalado por los votos obtenidos en unas elecciones y que estos votos le permitirían entrar en todos los terrenos imponiendo su mayoría. Si es así, enhorabuena: Acaba de dar por buena la doctrina utilizada por Hitler para hacerse con el poder en Alemania y, muchos años más tarde -quiero creer que por ignorancia- considerada correcta por Alfonso Guerra mientras era vicepresidente del Gobierno.
Creo que los ejemplos mostrados, tanto aquí como en los vínculos, son suficientes para dejar claro por qué una versión única nunca es aconsejable, venga de donde venga.