En nuestro día a día es normal que vivamos instalados en el confort de la rutina. Tenemos ordenado nuestro tiempo pero si nuestros hábitos cotidianos perduran demasiado acaban generando en nosotros un efecto negativo.
Nos pueden coartar y atrofiar, de modo que sólo desarrollemos algunas de nuestras capacidades. Pero contamos con recursos personales aún sin explorar que son fuente de riqueza si nos reinventamos. Salir del confort parece ser, por tanto, necesario.
3 opiniones argumentadas
- Prudencio López
- Mentor de Freelancers y pymes Séniors
- Jorge Ubeda
- Doctor en Filosofía
- José Luis González Quirós
- Filósofo y analista político