Los movimientos populistas expresan un malestar social, político o económico, aliñado con ingredientes demagógicos. El elemento de persuasión de los líderes que los encabezan les otorga la capacidad de convencer y alentar a la masa.
Con recursos psicológicos, buscando temas que la ciudadanía considera injustos o por los que se preocupa, el populismo no es nuevo. Históricamente siempre han existido movimientos de este tipo y parece plausive creer que siempre existirán, máxime cuando hay situaciones como la reciente crisis económica global.
Cristina Manzano Porteros 
