
Las ventajas de recibir feedback de nuestros superiores son incuestionables. Nos permite conocer su satisfacción con nuestro rendimiento, y nos mantiene al día sobre el rumbo de la empresa para poder orientar esfuerzos en esa dirección.
El problema se plantea cuando ese feedback no lo recibimos de forma natural, tenemos que decidir si pedirlo o no y, sobre todo, qué método seguiremos para conseguirlo.
3 opiniones argumentadas

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Miguel Fdez-Rañada de la Gándara
- Directivo con más de 20 años de experiencia