
Algunas personas rehacen su vida amorosa después de una separación e incluso en algunos casos se plantean formalizar la nueva relación. Para volverme a casar, es necesario pedir el divorcio y, por supuesto, tendré que valorar las consecuencias. Hasta hace un tiempo muchas parejas se separaban y si había una buena relación, no llegaban a tramitar el divorcio. Actualmente en España, se admite la disolución del matrimonio por divorcio sin necesidad de la previa separación de hecho o judicial. Ello conlleva un ahorro tanto en términos económicos como de desgaste personal.
Así pues, basta con que uno de los esposos no desee la continuación del matrimonio para que pueda demandar el divorcio, sin que el demandado pueda oponerse a la petición por motivos materiales, y sin que el juez pueda rechazar la petición, salvo por motivos personales.
Para la interposición de la demanda, en este caso, sólo se requiere que hayan transcurrido tres meses desde la celebración del matrimonio. Por otro lado, a efectos legales para volverse a casar, una persona debe divorciarse de su cónyuge, pues de esta forma se disuelve el vínculo matrimonial.
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A veces el fracaso de una relación dificulta el planteamiento de una nueva experiencia de pareja. En el caso de que existan hijos la decisión puede ser más difícil de tomar.
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Volverse a casar implica una nueva relación que va a exigir compromiso.
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Reflexionar y tratar de encontrar la mejor solución para todas las partes. Dejarse aconsejar por alguien con experiencia o por algún especialista.