
Existen muchas situaciones complicadas, tanto sociales como medio ambientales, que despiertan el interés por ayudar. Ante estas circunstancias, las campañas benéficas son una herramienta útil para ayudar y recaudar donaciones.
Promoviendo este tipo de iniciativas se acumulan recursos destinados a causas que lo necesitan. Tanto si se quiere organizar una campaña benéfica, como si se quiere colaborar en ella, hay que informarse bien de cuál es la mejor manera de hacerlo.
Las campañas benéficas buscan dar a conocer situaciones de inequidad o vulnerabilidad, al mismo tiempo que pretenden recaudar recursos para afrontar esas situaciones. Existen campañas de diversa índole y alcance, algunas dirigidas a diversos sectores sociales, con la intención de captar y llamar la atención respecto de problemáticas sociales a nivel nacional o internacional. Muchas empresas y ONG organizan campañas benéficas para acudir en ayuda de determinadas comunidades o del medio ambiente. Si bien los beneficiarios de estas campañas agradecen los esfuerzos de quienes las organizan, algunas personas indican que estas campañas no son una ayuda real, puesto que algunas empresas sacan provecho subiendo el precio de sus productos durante las campañas; o bien que en el caso de las ONG, que buena parte del dinero recaudado se utiliza para gastos administrativos propios de la institución. Si bien hay casos documentados de lo anterior, existen defensores de las campañas benéficas que destacan que realmente se esgrimen como un acto de solidaridad, y por tanto, no pretenden generar ventajas personales ni corporativas para sus organizadores.
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El desconocimiento de cómo organizar estas campañas y los beneficios que pueden generar, pueden frenar esta acción solidaria. Al mismo tiempo, realizar estas campañas genera una gran cantidad de trabajo, produciéndose un alto nivel de gastos que a veces no logran cubrirse con los beneficios, lo que imposibilitaría la organización de éstas a futuro.
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Las campañas benéficas que surgen desde la solidaridad, pueden generar muchos recursos para los beneficiarios, al mismo tiempo que permiten sensibilizar a la población de las problemáticas relacionadas con la campaña. Puede ayudar también a la manutención de ciertas entidades no gubernamentales de utilidad pública. Por otra parte, la no participación puede deberse también a la desconfianza en la gestión de los recursos por parte de entidades no gubernamentales.
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Preguntarse qué se pretende lograr con la campaña y cómo se utilizan los recursos obtenidos. En ocasiones realizar una campaña puede ser costosa, por lo que es recomendable asociarse a otras entidades, que puedan cubrir ciertos gastos a modo de donación, basándose en su modelo de responsabilidad social corporativa, si existiese. Siempre es importante transparentar el uso de los beneficios recaudados, lo que posibilitará continuar siendo apoyados en próximas campañas. Por otro lado habría que asegurar que se pueden conseguir los recursos necesarios para conseguir tirar adelante la campaña.