
Jugar o no con los niños es una pregunta que muchos padres se plantean cuando piensan en la relación que quieren tener con ellos. Algunos padres piensan que los niños deben jugar solos, que estar con ellos sería intrusivo. Otros dudan si jugar con ellos hará que les pierdan el respeto, y si podrán mantener el rol de padre o madre.
Otros piensan que basta con que los pequeños tengan buenos juguetes o videojuegos, y otros -aunque lo lamenten- no encuentran el tiempo para jugar con sus niños.
Actualmente existe un consenso bastante amplio entre los pedagogos sobre los beneficios del juego en la formación de los niños; sin embargo, algunos padres o madres no tienen tan claro si deben o no jugar con sus hijos, ya que creen –entre otras cosas– que si juegan pueden perder su autoridad o el respeto de los niños. A otros, en cambio les encantaría tener más tiempo para jugar con sus hijos, pero sus horarios de trabajo no se lo permiten, con lo cual se sienten frustrados e incluso culpables.
Pero si es importante para los niños jugar con sus padres, tal vez debieran hacer el esfuerzo. Y definir una frecuencia y tiempo adecuados para ello. La duda es si se pueden dedicar aunque sea breves tiempos al juego, y si hay manera de suplir tantas ausencias.
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Creer que “jugar es cosa de niños”.
Falta de tiempo de los padres.
Tener un carácter demasiado serio o grave.
Miedo a hacer el ridículo jugando con los niños. -
Decidir jugar con los niños puede ayudar a estrechar la relación con ellos, ya que el juego obliga a establecer unas normas, a respetarlas, a valorarlas, promueve el buen humor y –muchas veces– la colaboración.
Decidir no jugar con los niños puede suponer una cierta distancia en la relación padres-hijos, pero al mismo tiempo libera tiempo para trabajar y conseguir más recursos para darles lo mejor. -
Informarse sobre el significado del juego en el desarrollo de los niños.
Preguntar a otros adultos si juegan o no con sus hijos y qué les aporta.
Consultar algún pedagogo para saber los pros y contras de jugar con los niños.
3 opiniones argumentadas

Leticia Soberón
- Somos cinco hermanos, muy seguidos en edades.

- Anónimo
- Padre de 3 hijos


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Elizabeth Fodor
- Ciencias de la Educación