Los padres se supone que que son la voz de la experiencia y que deberían tener más conocimientos de sexo que los jóvenes. Pero el modo como hablan de este tema no suele ser de ayuda para los adolescentes, que tienen sus propias experiencias. Existen centros y teléfonos de asesoramiento, pero probablemente se utilizan poco para resolver pequeñas dudas o inseguridades como las que podrían aparecer en una charla con alguien de mucha confianza. Por otro lado, muchos jóvenes tienen una relación bastante tensa con sus padres y no es nada fácil abordar este tema cuando sienten que no los van a comprender.
La vida sexual de cada uno es una de las piezas clave de la intimidad de las personas y es un terreno en el que uno se adentra lleno de dudas y solo. Muchos jóvenes no saben a quién acudir a plantear las cuestiones (serias) que les preocupan sobre el sexo y la falta de información válida puede hacerles vivir malas experiencias.