
El emprendedor tiene distintas opciones con su negocio. Si le va muy bien puede venderlo, crecer, mantenerlo a un nivel medio que le de para vivir, reducirlo hasta ser sostenible, venderlo a un tercero, congelarlo hasta que “algo cambie”, o cerrarlo.
En principio, se supone que el objetivo inicial del emprendimiento es buscarse la vida, y que vivir razonablemente de un negocio propio es, posiblemente, lo mejor que se puede hacer y un objetivo prioritario.
3 opiniones argumentadas

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Leticia Soberón
- Doctora en comunicación social - redes