Los valores se aprenden con el ejemplo, es decir, no se trata solo de decírnoslos o enseñárnoslos, sino mostrárnoslos poniéndolos en práctica como la mejor forma de interiorizarlos.
Por eso, cuando los explicitamos y transmitimos en nuestra empresa u organización como líder o jefe, tenemos que asegurarnos de que lo percibido es coherente con lo que proponemos y exigimos, sino el resultado puede ser negativo.
2 opiniones argumentadas
- Marcos Eguillor
- Experto en Contenidos y Servicios Digitales
- Leticia Soberón
- Psicóloga