
Convivir con uno mismo no siempre es fácil. Nadie es perfecto y cuando caemos en la cuenta de nuestras imperfecciones, puede surgir rabia contra nosotros mismos, más aún si son otras personas quienes nos hacen de espejo.
Para unos, superar nuestros defectos supone aceptarlos; para otros, rechazarlos es la mejor forma de irnos perfeccionando a nosotros mismos. De un modo u otro, lo importante es definir si realmente son defectos y, entre ellos, cuáles son superables y cuáles no.
12 opiniones argumentadas

- Carlos Aguilera
- Psicólogo ocupacional y facilitador de procesos de aprendizaje.

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Ignacio Quintanilla Navarro
- Doctor en Filosofía

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Antonio Fontanini
- Chief Optimistic Officer (Informalia Consulting)