En relación a la decisión ¿Visitar una reserva forestal natural? esta es una opinión de Josep Manuel Rueda Torres
- Josep Manuel Rueda Torres
- Doctor en Historia
Esta es la opinión del experto
La presencia de actividad humana en los entornos naturales favorece la conservación de una mayor diversidad de ambientes. Pero para evitar el abandono es necesario proponer a los habitantes nuevos recursos. La explotación turística de la riqueza tanto natural como cultural puede ser una alternativa.
Cuando se generaliza el concepto de patrimonio integral (natural y cultural) empieza a surgir la preocupación del papel del ser humano y de la comunidad en las zonas naturales protegidas. A partir de la mitad del siglo XX el paisaje pasa a ser una cuestión de la sociedad, ya que la acción humana lo puede modificar hasta el límite de su desaparición, o cuando la gente que lo había explotado deja de tener un papel relevante, o incluso desaparecen una vez que su actividad productiva deja de ser esencial para la sociedad.
Sin embargo el paisaje tiene otras funciones, pues éste tiene también un valor social identitario. Al igual que el patrimonio cultural, el paisaje es un elemento referencial para que los miembros de un colectivo se reconozcan como comunidad.
Por otro lado, se observa que la presencia de actividad humana en los entornos naturales contribuye a preservar una mayor diversidad de ambientes, pero para que estos espacios naturales, que han ido sufriendo un largo abandono, continúen habitados se tendrá que proponer a los habitantes algunos recursos nuevos. De esta forma los nuevos usos del patrimonio, tanto natural como cultural, pueden invertir esta tendencia de abandono de los espacios rurales por parte de los autóctonos.
En este sentido será importante la valorización del patrimonio como recurso económico y elemento de dinamización comunitaria. Así será la comunidad quien garantizará su preservación.
Los recursos de los que disponen los espacios rurales –protegidos o no– que no tienen una actividad industrial son las siguientes:
- Mantenimiento de las actividades tradicionales: agricultura, ganadería y explotación forestal.
- Crecimiento urbanístico, sobre todo por el aumento de segundas residencias.
- Explotación de recursos naturales: hidroeléctricas, envasadoras de agua, esquí, minería...
- Explotación turística de su patrimonio natural y cultural.
Las ganancias del turismo no masivo, igual que las actividades tradicionales, revierten totalmente en la comunidad y contribuyen a diversificar la economía.
Esta actividad al ser gestionada por la misma comunidad buscará mantener un equilibrio entre la explotación y la conservación del patrimonio, que es el que genera la demanda, ya que la destrucción del mismo significaría el fin de sus recursos.
Fuente: RUEDA, Joan Manuel. «Comunidad autóctona y protección de espacios naturales». Medi Ambient, Tecnologia i Cultura: La gestió del rerepaís, 23 (1999), pag 96-100.