En relación a la decisión ¿Seguir las indicaciones de mis superiores, expresándoles mis opiniones al respecto? esta es una opinión de Sílvia Catalán
- Sílvia Catalán
- Psicología
Esta es mi opinión de experto
En una jerarquía laboral los superiores son los que acostumbran a gestionar el trabajo. Si tenemos un superior lo lógico sería que siguiéramos sus indicaciones, siempre y cuando éstas estén dentro del margen legal, y en un plano ideal, deberíamos tener libertad para expresar nuestras opiniones.
Mi primer impulso al contestar es un sí rotundo. Sí a seguir las indicaciones de tus superiores y sí a expresarle, a la vez, tus opiniones al respecto. Una vez dicho esto, hay que matizar esta opinión.
Por supuesto, cuando estamos inmersos en el mundo laboral y tenemos un superior directo que se encarga de adjudicarnos el trabajo y guiarnos para que lo hagamos de la mejor manera posible, en un plano ideal de trabajo, debemos seguir sus indicaciones para amoldarnos al máximo posible a las maneras y la filosofía de trabajo de la empresa.
¿Quiere esto decir que debemos, simplemente, acatar las órdenes y callar? No. Ahí radica el matiz de este “sí”.
Aunque nuestro deber, como trabajadores, sea seguir las indicaciones de nuestro superior, no debemos perder de vista nuestros derechos. En cada país existe un marco legal que ampara al trabajador y ese es un primer punto que no debemos perder de vista.
Hay que trabajar, además, desde la asertividad. Es decir, debemos expresar nuestras opiniones directamente, de una forma tranquila, no agresiva y, sobretodo, defendiendo nuestros derechos pero teniendo muy en cuenta también nuestros deberes.
Ser asertivo no significa, como piensan muchos, querer más beneficios por menos trabajo, o simplemente ir al despacho del superior a pedirle un aumento de sueldo, eso significa dejar claro nuestro punto de vista sobre la cuestión.
Si no estamos de acuerdo con alguna de las indicaciones del superior, deberíamos tener el derecho y la libertad de comentarlo con él o con ella, aunque después las llevemos a cabo porque no queda otro remedio. Es importante que la empresa conozca a sus empleados, que tus superiores sepan en qué estás de acuerdo y en qué no.
Aunque mostrar nuestro punto de vista pueda ser complicado en un inicio, las ventajas a largo plazo son grandes, si luchamos por lo que creemos, aunque no consigamos cambios inmediatos, tendremos la satisfacción personal de haber dejado claro nuestro punto de vista al respecto.