En relación a la decisión ¿Asociarme a una ONG? esta es una opinión de Gustau Nerín
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Gustau Nerín
- Doctor en Antropología por la Universidad de Barcelona
Esta es la opinión del experto
Según el experto, la mayoría de los donantes no llegarán a ver nunca desarrollados los proyectos que ayudan a financiar. Por eso, a su juicio, la propaganda de las ONG y de los organismos internacionales tienen que permitir al público occidental sentirse coprotagonista de estas iniciativas.
El antropólogo señala que la forma más fácil de hacer propaganda es presentarla en anuncios publicitarios a través de un buen marketing, mostrando documentales e imágenes "de cooperantes blancos, tan blancos como el donante, repartiendo comida o labrando la tierra".
Añade además, que todas las revistas o boletines de la organizaciones se acostumbran a incorporar entrevistas a los cooperantes que trabajan sobre el terreno para que digan las virtudes de su trabajo; pero nunca explican que están "hasta las narices del personal local porque siempre llega tarde, ni que la niñera es tan torpe que no sabe preparar los espaguetis al punto". Desde este punto de vista, dice el experto, no importa nada el desarrollo: lo que importa realmente es la cooperación. Los resultados son indiferentes; lo que es básico es el esfuerzo de “hacer alguna cosa”.
Señala además, que las organizaciones de ayuda, en sus análisis más serios, elaborados por especialistas, argumentan que el protagonismo del desarrollo tiene que corresponder a las sociedades africanas, y que las ONG no tienen que subtituirlas, sino mantener “una relación y un diálogo enriquecedor “ con ellas. Pero su propaganda es radicalmente contraria a este planteamiento: en la mayor parte de los carteles y volantes de las ONG se ve a los africanos sin hacer nada y a los europeos trabajando para ellos, sentencia.
Concluye diciendo que, este tipo de mensaje da la imagen falsa de que el verdadero protagonista del proceso de desarrollo es el cooperante, que lo hace todo mientras que excluye al donante, que hace posible que el cooperante esté sobre el terreno.
Las comunidades implicadas son ignoradas, puntualiza. De esta forma, a los ojos del público occidental, los africanos vienen a ser simples receptores pasivos de sus ayudas. Según plantea, sin los occidentales, no hubiesen sido capaces de hacer nada: ni de ir a la escuela, ni de protegerse, ni de defenderse.
