En relación a la decisión ¿Expresar ternura en las relaciones sexuales? esta es una opinión de José Lázaro
-
José Lázaro
- Profesor universitario. Escritor.
Esta es mi opinión de experto
Sí, por supuesto, reprimirla no tiene más que inconvenientes (excepto quizá en el caso de alguien que entra en una relación sexual sabiendo que pronto saldrá de ella y quiere evitar que la otra parte se haga ilusiones). Pero el gran problema es en qué medida los afectos responden a la voluntad.
Hay dos factores claros que pueden hacer tierna o fría una relación sexual: la estructura caracterial de los participantes y la dinámica de la relación entre ellos. Ninguno de ellos es fácilmente modificable por la voluntad.
En cada estructura de carácter, lo racional, lo sentimental y lo pulsional se encuentran en muy distinta proporción. En aquellas personas en las que lo racional y/o lo pulsional predomina, las relaciones sexuales tienden a ser más despegadas, hedonistas y calculadoras. En aquellas en las que, por el contrario, lo afectivo es lo predominante, tiende a ocurrir lo contrario. Ni unas ni otras tienen capacidad de modificar su estructura básica de carácter más que en un grado pequeño y de forma superficial. Lo cual no quiere decir que les sea imposible controlar su conducta.
Por otra parte, es común la experiencia de que con diferentes personas cada uno establece vínculos distintos: aunque tenga una única estructura caracterial, hay personas que le resultan simpáticas o antipáticas, atractivas o repelentes, estimables o despreciables. La expresión “química de las relaciones personales” ha ido ganando terreno con los años porque hay razones para pensar que es mucho más que una metáfora. Y esa química tiene una papel determinante en el hecho de que un mismo sujeto tenga una relación apasionadamente tierna con una pareja y otra puramente sensual con la pareja siguiente.
Muy pocos niegan (sólo los hedonistas más extremos) que las relaciones sexuales con ternura son preferibles a las depredadoras. El problema es que es muy relativa la posibilidad de elegir, con determinada persona, entre una relación cálida y otra fría. Lo que sí se puede lograr es aprender a establecer relaciones de pareja sólo con personas a las que se conoce de forma lo suficiente profunda para saber que la conexión es satisfactoria en el plano racional, pulsional y sentimental.
