En relación a la decisión ¿Pedir ayuda si he sido violada? esta es una opinión de Carmen Martínez González

Imagen de Carmen Martínez González

Esta es mi opinión de experto

Sin duda. Cuesta creer que todavía haya mujeres que no denuncian una violación.

Claro que también cuesta entender que todavía haya quien piense que hay actitudes o formas de vestir provocadoras que justifican una agresión sexual. ¿Acaso ver a alguien con un billete en la mano impulsa al robo, ver un peatón cruzando por una calle sin semáforo provoca las ganas de atropellarlo y darse a la fuga, o ver un niño solo por la calle, justifica el rapto?. Es comprensible que una mujer atacada sexualmente tiemble de pensar en rememorar y contar ese hecho tan dramático que compromete su intimidad, que sienta miedo ante las exploraciones médicas, o ganas de vomitar ante la posibilidad de volver a ver al agresor en un juicio.
 
Sin embargo hay múltiples motivos para la denuncia, incluso siendo el agresor una persona conocida o familiar. Psicológicamente es un hecho traumático en sí, que además puede dejar secuelas a largo plazo. Físicamente requiere valoración y tratamiento de las lesiones, y prevención del embarazo y de posibles infecciones de trasmisión sexual (que pueden ser tan graves como el SIDA). Y socialmente, la denuncia puede impedir que otras mujeres sean agredidas por el mismo agresor, ya que pone en marcha los mecanismos legales oportunos. Lo más práctico es acudir a un hospital. Alli se desplazará el médico forense a demanda de los profesionales sanitarios para hacer una valoración de las lesiones, procurando interrogar y explorar una sola vez a la víctima para evitar la "victimización secundaria" o daño añadido a la propia agresión, por las sucesivas e innecesarias exploraciones o reinterrogatorios del personal sanitario o del ámbito judicial.

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