En relación a la decisión Aspiraciones personales, ¿cuestionarme qué quiero para mi vida? esta es una opinión de Andrés Schuschny

Sí

• Andrés Schuschny
• Experto en Humanismo y Conectividad

Esta es la opinión del experto

En su post “La verdadera libertad yace en la espontaneidad”, Andrés Schuschny, Doctor en Economía y editor del blog “Humanismo y Conectividad: La evolucion de la conciencia en un mundo enREDado”, reivindica la importancia de la espontaneidad como ingrediente fundamental para mantener nuestra propia identidad al margen de “la presión social que nos obliga a portar la máscara de la imagen que la sociedad tiene de nosotros”.

Debemos ser espontáneos y fiarnos de nuestros instintos sin caer en la tentación de imitar modelos y estilos impuestos por la sociedad.  Para el Sr. Schuschny “lamentablemente, en la sociedad actual, la educación tradicional conduce con demasiada frecuencia a la eliminación de la espontaneidad y a la sustitución de los actos originales por emociones, pensamientos y deseos impuestos desde fuera por el imperativo de eso que podemos llamar como “sentido común“.

Para este humanista y licenciado en Ciencias Exactas, “existe la ilusión de que en la sociedad de hoy nos podemos sentir orgullosos de ser libres de expresar nuestros pensamientos y emociones, dando por supuesto que esta libertad garantiza nuestra  individualidad. Sin embargo, el derecho de expresar nuestros pensamientos y emociones tiene algún sentido solo si somos capaces de tener pensamientos propios”, algo que Andrés Schuschny, considera muy difícil en nuestra sociedad actual en la que “tendemos a pensar, sentir y querer lo que creemos que los demás suponen que debemos pensar, sentir y querer, y en este proceso perdemos nuestra conexión con nuestro yo esencial.”

Este “gregarismo” que, supuestamente nos impone la sociedad actual, hace que vayamos perdiendo nuestra propia identidad y nos hace rechazar la libertad que tenemos al abrirnos a la espontaneidad.   “Damos por supuesto lo que somos, pero somos lo que nos imponen ser. En ese proceso, la duda acerca de nuestro ser verdadero aumenta día a día y sucumbimos, transformándonos en víctimas de la alienación. Esa pérdida de la identidad hace más imperiosa la necesidad de conformismo, al punto en que uno puede estar seguro de sí mismo sólo en cuanto logra satisfacer las expectativas de los demás. Si no lo conseguimos, somos víctimas del aislamiento.”

Por lo anterior, conviene tomarse un respiro en nuestra ajetreada vida para preguntarnos si somos lo que en realidad queremos ser y procurar un espacio a la espontaneidad “el único camino por el cual nosotros los seres humanos podemos superar el terror de la soledad sin sacrificar la integridad de nuestro propio yo y ser verdaderamente libres para buscar lo que realmente queremos”.