En las primeras fases de la enfermedad de Alzheimer las personas afectadas mantienen sus actitudes intelectuales, aún con errores. La duda es hasta qué punto se debe respetar su autonomía, y cuándo empezar a controlarlas para evitar accidentes que pongan en riesgo su integridad.
Los familiares de personas con Alzheimer van aprendiendo con el tiempo a regular la posibilidad de autonomía que se dé a estos enfermos, dado que padecen un deterioro progresivo que les hace menos capaces de gestionar la vida cotidiana. Pero graduar la libertad de acción de esa persona cercana y querida no siempre es fácil.
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