La pertenencia al euro obliga a seguir estrictas reglas económicas y de buen gobierno, controlando el déficit. Hay países que no lo están haciendo, lo que exige un esfuerzo muy importante a los demás países y pone en riesgo el sistema. Una opción es no rescatarles y expulsarles del euro.
Al entrar en la moneda única, los países se comprometieron a que sus administraciones públicas siguieran unas normas de buen gobierno y a no endeudarse en demasía. La inercia en muchos casos, u otros motivos, han hecho que varios países no cumplan estos compromisos, lo cual ha puesto a toda la eurozona en una situación menos fuerte para afrontar la crisis mundial. Se plantea ahora la posibilidad de no rescatar más a los países que no cumplan, y simplemente expulsarlos de la zona euro.
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Hasta ahora no se ha hecho nunca y sus consecuencias serían impredecibles. Implicaría una renuncia a cobrar lo que se les ha prestado hasta ahora a los países endeudados.
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Esta decisión permitiría que se fortaleciera el grupo con miembros que sí tienen la disciplina y el rigor de cumplir los pactos. Pero podría suponer el inicio de la desaparicion de la zona euro por falta de credibilidad en la unión del grupo.
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