En relación a la decisión ¿Controlar la comunicación no verbal mientras hablo en público? esta es una opinión de Rodrigo Prieto Drouillas

Sí

• Rodrigo Prieto Drouillas
• Psicología social

Esta es mi opinión de experto

Más de 2/3 de la comunicación entre las personas pasa por la comunicación no verbal, es decir, por la gestualidad de la cara, las posiciones y los movimientos corporales y por la voz (tono, velocidad, etc.), por tanto, en general es muy recomendable poner atención en ella en las interacciones cotidianas y aún más en situaciones de exposición pública ante un auditorio.
 
Con frecuencia cuando tenemos que hablar en público, lo hacemos con algún propósito específico que puede ser desde transmitir buenos deseos a un ser querido, hasta presentar un proyecto importante a un grupo de posibles inversores (entre otras muchas posibilidades). Aunque no siempre son explícitas, en cada uno de estos contextos existen unas normas de conducta que marcan lo que es socialmente aceptado y lo que no. Muchas de esas normas implícitas tienen que ver con cuestiones no verbales como el tipo de vestimenta que se debe usar, la mayor o menor formalidad del lenguaje, el volumen y velocidad de la voz, la posibilidad de hablar o no en primera persona, etcétera.
 
Si deseamos hacer una “buena presentación en público” y conseguir completamente el objetivo que con ella nos hemos planteado, los elementos de la comunicación no verbal son tanto –o incluso más- importantes que el contenido de lo que diremos, por lo tanto, conviene dedicar un tiempo a reflexionar sobre ellos y a preparar lo que haga falta.
 
Por supuesto, en algunos de estos contextos –con frecuencia de mayor proximidad afectiva entre los interlocutores- la norma implícita señala que lo más valioso es justamente la espontaneidad, por tanto no es necesario poner tanta atención en los aspectos no verbales de la comunicación. Lo contrario ocurre en otros contextos de mayor distancia afectiva y con frecuencia muy marcados por protocolos de formalidad, en los cuales este tipo de cuestiones pueden marcar una enorme diferencia entre el éxito o el fracaso de nuestras presentaciones.