En la sociedad actual cada vez hay más gente que piensa distinto en el aspecto religioso, y eso puede incomodar a algunas personas habituadas a un clima social de una sola religión. Entonces muchos se preguntan si deben aceptar la pluralidad religiosa o debería intentarse que todos tengan la misma.
La clave de las sociedades interculturales e interreligiosas es la aceptación de lo que es diferente a nosotros. Ser distinto puede ser visto con miedo por algunos, o como una amenaza a su identidad colectiva, pero para muchos otros es un síntoma de buena salud de la convivencia social, siempre que a relación se base en el respeto mutuo.
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