En la vida hay muchas circunstancias incontrolables. Algunas suponen un riesgo irreversible y pueden surgir de forma imprevista. Tener en cuenta el factor sorpresa implica ser conscientes de que podemos ser víctimas de un accidente o de la enfermedad y que, en estos casos, no es una consecuencia descabellada.
Los humanos somos vulnerables y al no poder controlar este hecho, al menos, contamos con la opción de sacar un beneficio a través de los seguros de vida. Contratarlos supone tener información sobre sus tipos y prestaciones.