Cuando se espera un hijo, se suele soñar muchas cosas para su futuro, soñar cómo será, qué personalidad tendrá, y otras muchas posibilidades. A veces esas ideas resultan tan atractivas, que se vuelvan auténticos proyectos para una persona que aún no ha nacido.
La cuestión es si diseñar ese futuro ya desde ahora, y si estos planes de sus padres son más que un entretenimiento e impedirán que él o ella realice los propios.
La posibilidad de controlar el momento en que tendremos un hijo pueden favorecer el que además pensemos que se puede "diseñar" la persona que nacerá, tanto en su biología como en su personalidad y en sus proyectos. Es un riesgo ante el que se debe estar atentos.