La decisión plantea si celebrar una boda de blanco y con todo lo que significa el ritual religioso, o bien una ceremonia civil. Se trata de ser coherente con las propias convicciones, con las creencias y las costumbres que se practiquen. Una boda religiosa supone, además, una serie de gestiones que la hacen más laboriosa.
Para mucha gente, sin embargo, lo importante es sólo formalizar la relación y no hace falta un rito añadido.
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