La castidad o virginidad es para muchas personas un valor a preservar como signo de pureza y de amor, de fidelidad y exclusividad para con la pareja y para formar con la otra persona un vínculo de mutua entrega.
Hay personas que se preguntan si es mejor ser casto hasta el momento mismo del matrimonio, es decir, conocerse y amarse con la pareja, con el futuro o la futura consorte y no realizar el acto sexual, el acto mismo de penetración, dejándolo sólo para después del rito matrimonial.
Son opciones y tienen sus repercusiones. Es importante buscar asesoramiento para ello y prepararse, sea cual sea la decisión. La sexualidad es una parte muy importante del ser humano y se viva como se viva debería de estar integrada en el estilo global de la persona y manifestarse armónicamente.
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Los frenos para decidir ser castos o no hasta el matrimonio provienen de la natural tendencia al contacto físico con quien se ama, y el deseo de unidad con el otro. Esa cercanía permitiría conocer posibles incompatibilidades o inseguridades graves con la otra persona.
Otro freno respecto de la decisión de no ser casto hasta el matrimonio es que la pareja haya vivido intimidad anteriormente con otras personas y sentir que ello perjudica el proceso de conocimiento mutuo y el compromiso. La decisión está relacionada con convicciones morales, aunque también puede haber temores. -
Consecuencias de tomar la decisión de ser casto hasta el matrimonio es el compromiso con otra persona y vivir juntos procesos para prepararse para una intimidad especialmente enfocada a la paternidad/maternidad y establecer un compromiso de por vida.
Una consecuencia de tomar la decisión de no ser casto hasta el matrimonio es tener relaciones sin establecer necesariamente un compromiso para siempre. -
Para tomar esta decisión se sugiere realizar una cuidadosa reflexión sobre las prioridades que se tienen en la vida, cómo se proyecta cada uno y qué tipo de familia, relación, vínculos quiere crear. Es importante, sea cual sea la decisión, buscar un diálogo sereno con alguna persona de confianza, así como conocer bien el propio organismo y necesidades. Además leer e informarse sobre sexualidad.