
Al hablar parece que nuestro objetivo principal debería ser que nuestro mensaje llegara lo menos enmarañado posible a los interlocutores. Hay gente que carece, pese a intentarlo, de la habilidad para hacerse comprender y otros, descuidan este aspecto por motivos secundarios como puede ser el de satisfacer su vanidad.
Comunicar de forma sencilla quizás sea más difícil de lo que parece; lo que es seguro es que, cuando se consigue, los que escuchan se logran involucrar mucho más en lo que se dice.
El exceso de datos, la erudición, un vocabulario muy técnico o simplemente frases largas y complejas obligan a los que escuchan a esforzarse. Lo más probable es que pasados unos instantes ‘desconecten’ su atención. A todos nos gusta a veces asumir el rol de experto y cambiamos de registro sin darnos cuenta de que quizás esto tenga más consecuencias negativas que positivas.
5 opiniones argumentadas

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Miguel Angel Rodriguez Muñoz
- Experto en Talento y Transformación digital.

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Enrique Baca Baldomero
- Catedrático de Psiquiatría

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Jaume Aymar i Ragolta
- Doctor en Historia y Decano Fac. Filosofía URL

- Carolina Moreno Torres
- El lenguaje nos hace humanos

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Edward De Bono
- Doctor en Psicología
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