Quizás dedicar una hora de soledad al día para cultivar mi espiritualidad, pueda ayudarme poner en orden mis pensamientos y tomar decisiones más ponderadas. La interioridad está tomando más importancia en la sociedad postmoderna, y las técnicas son muchas.
Pero mientras para algunos los espacios de soledad son relajantes y óptimos para la salud mental, hay quienes no pueden soportar estar solos durante un rato largo.
Toda persona requiere tiempos vacíos para poder elaborar la información que recibe. Estar todas las horas del día bajo el bombardeo de la comunicación, nos hace ir aturdidos y perder fácilmente el norte. Pero además, el cultivo de la espiritualidad supone tiempo para la meditación y la reflexión. Ello no es posible sin silencio y tranquilidad, a ser posible sin compañía.