
Cuando establecemos una relación de amistad creamos un vínculo especial con la otra persona en el que, lo normal, es incluir la lealtad. Confiamos en el otro y éste en nosotros. Nos conocemos mutuamente, compartimos confidencias y nos respetamos.
Por lo tanto, ser fiel a mis amigos, cuando además damos por sentado que ellos lo serán con nosotros, no es más que practicar el ejercicio de la amistad. Una amistad verdadera estará basada en la fidelidad y confianza.
2 opiniones argumentadas

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Leticia Soberón
- Psicóloga


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Ignacio Quintanilla Navarro
- Doctor en Filosofía