A menudo surgen diferencias con nuestra pareja. Muchas de ellas son normales en las relaciones interpersonales pero a veces la frecuencia e intensidad de estas dificultades pueden llevar a alguien a plantearse si debe continuar o no la relación.
En caso de separación es complicado aceptar la realidad. Comprender que nos han dejado, que el otro miembro de la pareja no quiere convivir más con nosotros o ha dejado de querernos es un proceso complicado.
Muchas veces, a pesar de que sentimos que nuestra relación de pareja no va tan bien como querríamos, dejamos pasar por alto los "pequeños inconvenientes" en pro de seguir estando en pareja y asegurarnos la seguridad que eso nos otorga.
Parece incoherente, pero muy a menudo actuamos así. El miedo a la soledad, el miedo a perder nuestra estabilidad y, sobretodo, el miedo al "qué dirán", nos dificultan tomar este tipo de decisiones que nos pueden cambiar la vida.
Vale la pena pararse a pensar en lo que realmente queremos y necesitamos, escuchar la voz de los expertos y, a partir de ahí, tomar la mejor decisión para nosotros mismos.
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El miedo a la soledad, a no encontrar a nadie más después de la ruptura, nos hace dudar a la hora de tomar esta decisión.
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Si realmente no te gusta tu relación y acabas determinando que lo mejor es asumir que se ha acabado, te sentirás mejor contigo mismo/a, a pesar de que, por supuesto, los primeros días serán difíciles.
Si finalmente decides intentar luchar por quedarte con tu pareja, sentirás que estás trabajando duro por una cosa en la que crees.
3 opiniones argumentadas
- Sara Pérez-Tomé
- Asesoramiento afectivo y educativo
- Anónimo
- En Dontknow desde Febrero de 2013
- Walter Riso
- Psicólogo Clínico