Coincidir totalmente en los deseos sexuales y las fantasías no es asunto fácil en las parejas. Hay quien es más aventurado, y otras personas más rutinarias y convencionales. Por ello puede surgir la duda de si aceptar las propuestas de actividad sexual que propone la propia pareja, si a la persona no le atraen o no le significan un estímulo.
El diálogo y la empatía con la pareja pueden ser una ayuda para encarar esta situación.
Las fantasías sexuales son una forma estimulante de reavivar el deseo y de vivir la sexualidad con variedad y creatividad. No todo, sin embargo, es grato para la pareja. Este punto es delicado, con lo cual lo recomendable parecería ser compartir con él o ella lo que imaginamos, para estar acompañados en su ejecución.