
Cuando éramos niños, nuestros padres organizaban las reuniones de amigos, los cumpleaños y todos estábamos contentos. Al llegar a la adolescencia, queremos gestionar nosotros nuestras amistades. Está claro que en la adolescencia las prioridades de padres e hijos suelen ser diferentes. Para la mayoría de adolescentes los amigos son una de las principales preocupaciones cotidianas. A menudo, el hecho de que los padres conozcan a los amigos de sus hijos puede facilitar la relación y desarrollar la confianza y la cercanía con sus hijos.
El miedo a la desaprobación de los amigos por parte de los padres. El temor a las comparaciones o incluso la vergüenza por si los padres preguntan demasiadas cosas a los amigos, pueden resultar un freno para decidir presentar mis amigos a mis padres. También puede existir el miedo a la desaprobación o a los comentarios negativos por parte del grupo de iguales.
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Si nuestros padres no conocen a nuestros amigos pueden ser muy pesados y se pueden crear ciertos conflictos debidos al desconocimiento y la ignorancia sobre éstos. Por el contrario, si nuestros padres saben con quién salimos y en qué ambientes nos movemos, suelen vivir más tranquilos y se crean mayores lazos de confianza.
2 opiniones argumentadas

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Victoria Toro
- Periodista especialista en familia

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Graciela Cafici
- Psicología clínica