
La Meritocracia permite recompensar a alguien por sus méritos personales. Según esto, cada uno, si aporta el máximo de su capacidad, se desarrollará en plenitud en algún momento. No obstante, los méritos de un día no garantizan méritos futuros.
Además, hay que basar la recompensa en el reconocimiento y no en la concesión de un poder institucionalizado mediante un cargo permanente, y tener cuidado con la promoción y ascensión de personas a a un nivel en el que ya no son capaces de trabajar bien (Principio de Peter).
3 opiniones argumentadas

-
Leticia Soberón
- Doctora en comunicación social - redes

-
José Luis González Quirós
- Filósofo y analista político

-
Ignacio Quintanilla Navarro
- Psicólogo industrial