Ser nacionalista a una determinada escala significa que cada persona considera que su país, región o comunidad, debe tener un gobierno autónomo, organización política, económica y legislativa propias. La demarcación geográfica puede ser mayor o menor, pero eso no afecta al sentimiento nacionalista en sí. Sentirán lo mismo todas las personas respecto a su nación, sea ésta más amplia o más pequeña. La experiencia nacionalista implica fuertes sentimientos, identificación con los símbolos patrios, y un proyecto político de autogobierno.
Podemos recurrir al ejemplo de Francia y Córcega para ilustrar la decisión. La isla de Córcega es parte de la República Francesa, pero hay grupos que reclaman su autonomía frente a Francia. En ese conflicto existen dos partes: por una parte los nacionalistas corsos, y por otra parte los que defienden Córcega como parte integrante de Francia. En ese sentido se podría decir que éstos últimos también son nacionalistas, pero a una mayor escala. Asimismo, a una escala aún mayor, se podría hablar de ser nacionalista europeo. Por ello, tanto los que están en una parte como en la otra, defiende su proyecto político y sus propios intereses nacionalistas.
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