En una separación con hijos es necesario establecer un régimen de visitas de ambos padres. La situación familiar cambia y, por el bien de los hijos, es importante mantenerlos lo más apartados posible del conflicto de pareja.
Por este motivo, intentar llegar a un acuerdo pacífico entre ambas partes sobre el sistema de visitas, parece más oportuno que la intervención de un juez de familia, dejando que las circunstancias se compliquen.
Uno de los aspectos conflictivos en la separación o divorcio es el régimen de visitas a los hijos. Si la separación o divorcio ha sido de mutuo acuerdo este aspecto ha de ser recogido explicitamente en el convenio regulador; si los cónyuges no lo hubieran acordado será preciso una decisión judicial. El régimen de visitas recogerá cómo debe proceder el padre que no tenga la custodia de los hijos para visitarlos, verlos o estar con ellos. Se habla de tres tipos de comunicacion: el derecho a visitar a los hijos, donde es preciso establecer el lugar, el tiempo y el modo en el que el padre puede verlos; el derecho a comunicar con ellos por ejemplo, por teléfono, mediante cartas, etc; y el derecho a tenerlos con él, en determinados momentos o periodos del año en función de los propios intereses y obligaciones escolares de los hijos, generalmente, se suele prever que puedan estar con el padre no custodio como poco fines de semana alternos y la mitad de las vacaciones.
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Si la separación no ha sido de mutuo acuerdo o no se ha producido un divorcio amistoso, pactar el régimen de visitas a los hijos puede resultar más complicado.
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Acordar un régimen de visitas, que siempre persigue el interés de los hijos, es importante para conseguir una buena relación y comunicación de los hijos con ambos progenitores.
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Los padres separados o divorciados han de valorar que siguen siendo padres de sus hijos, y han de pensar en el bien de ellos.
Osvaldo Daniel Ortemberg 
