
Cuando los medios de comunicación nos informan de acciones violentas, guerras o sucesos, en ocasiones se fijan en detalles o imágenes que pueden herir la sensibilidad. Para unos, es algo escabroso y sensacionalista que debe evitarse. Para otros, son elementos que ayudan a la sensibilización.
Esta es una controversia que a veces tiene rasgos de hipocresía, porque los ratings siguen premiando este tipo de contenido. Pero no está de más planteárselo una y otra vez a la opinión pública.
El debate se centra en dónde está el límite a la hora de informar de hechos violentos, si es necesario mostrar el sufrimiento y la parte más escabrosa, o se debe informar ahorrando esos detalles al público. La posición de éste respecto al mensaje será más matizada si no está alimentada con la evidencia de imágenes cruentas. Es el llamado sensacionalismo. Y no pocas personas se regodean en esas imágenes, con una dosis de morbosidad que contribuye a perpetuar esta forma de difundir información, dada su rentabilidad.
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Una de las razones por las que se ahorran en las informaciones los detalles más escabrosos es la posible reacción de repulsa del público, si bien otros profesionales considera qe el efectos es justo el contrario.
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Se argumenta de que mostrar la cruda realidad tal como es, incluso si puede herir sensibilidades por, por ejemplo, tratarse de imágenes duras, ayuda a despertar conciencias ante el conflicto o hecho violento del que se informa.
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Antes de establecer una línea general, conviene estudiar caso por caso y ver si realemnet los detalles escabrosos en una información aportan algo al mensaje periodístico.
7 opiniones argumentadas

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Javier Darío Restrepo
- Experto en ética periodística

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Gladys Daza Hernández
- Doctora en comunicación social

- Carlos Aguilera
- Psicólogo ocupacional y facilitador de procesos de aprendizaje.
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