
Montar un negocio en solitario implica un serio riesgo para su propia existencia. Es un peligro no contar con nadie que pueda suplir al emprendedor en caso de que tenga un problema de salud o se dé cualquier otra circunstancia que le impida trabajar normalmente.
Estar solo al frente es como "jugárselo todo a una carta", arriesgarse a que uno mismo o su familia se encuentren con dificultades económicas para subsistir con normalidad. Por este motivo, no parece lo más recomendable.
4 opiniones argumentadas

-
Javier Sirvent
- Técnico y tecnólogo

-
Rafael Mira Prieto-Moreno
- Co-creador de Collaboratorium