
Cuando un matrimonio con hijos ve deteriorada su relación, lo normal es que la convivencia empeore, existan discusiones y se produzcan roces entre ambos cónyuges, lo que provoca en los hijos tristeza, nerviosismo y preocupación.
Ante esta perspectiva, mantener una relación de pareja, cuando se están destruyendo las bases que la sostenían y los hijos sufren las consecuencias de ello, no es una buena opción. En ocasiones es peor para los hijos que sus padres sigan unidos.
16 opiniones argumentadas

- Elsa G.
- medico

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Elena Crespi Asensio
- Psicóloga.Terapia sexual.Terapia pareja.Terapia individual

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M. NEUS CALLEJA FERNÁNDEZ
- Psicóloga en Centre d'Assessorament