Todas las personas que obtengan algún tipo de renta o pensión contributiva están obligadas a presentar la declaración de la renta. Los 22.000 euros marcan la barrera entre tener que hacer la renta o estar exento. Además, dependiendo del tipo de renta, se pueden aplicar unos límites a la cuantía que se puede ingresar sin estar obligado a hace renta. Aprovecha los recursos que pone la Agencia Tributaria a la disposición del contribuyente para averiguar que te conviene más. Y es que esta es una decisión que no se puede tomar sin datos concretos y puede variar cada año según tus circunstancias.
También están obligados a hacer la declaración aquellos trabajadores que hayan tenido dos o más pagadores siempre que las cantidades percibidas del segundo y posteriores pagadores sean superiores a 1.500 euros. En este caso el mínimo para hacer la declaración de la renta baja a los 11.200 euros. Pese a que la ley es muy clara, algunas personas se plantean si deben o no hacer la declaración de la renta.
-
Desconocer la normativa legal sobre los impuestos a la renta. No haber tenido trabajo durante un año.
-
Hacer la declaración de la renta implica colaborar en el financiamiento del Estado. Evitar posibles multas por incumplir la normativa.
-
Pedir asesoría a un gestor sobre las obligaciones fiscales que se tienen en función de la situación laboral que se tenga. Informarse sobre las sanciones que puede suponer no cumplir con esta obligación.