
La relación con los padres cuando uno es niño suele ser muy próxima y muy afectuosa, pero a partir de cierta edad necesitamos mantener cierta distancia con los adultos y especialmente con los padres.
Cuando ellos te abrazan y besan en público, sientes vergüenza y querrías mantener una distancia, porque da la sensación de que te tratan como si no hubieras crecido. La duda es si decírselo o no.
La mayoría de los adolescentes queremos a nuestros padres aunque se pongan muy pesados con el tema de las muestras de afecto. Muchos padres tienen dificultades para entender que nos hacemos mayores y que ya no somos niños y por eso no nos gusta que sigan siendo cariñosos delante de la gente y en especial delante de nuestros amigos.
Pero la duda es cómo hacerles entender que no queremos mimos en público y que eso no significa que no les sigamos queriendo. Me planteo si es adecuado decirles directamente lo que pienso.
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A veces no nos atrevemos a decir a nuestros padres lo que pensamos porque tenemos miedo a herirles, aunque haya algunas excepciones. Por el contrario en algunos casos les rechazamos directamente sólo por temor a los comentarios de nuestros amigos.
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Si no explicamos a nuestros padres porqué nos molesta que se muestren cariñosos con nosotros en público, quizás no entiendan nuestro rechazo y se enfaden o se molesten. Si se lo contamos y les decimos que les queremos igual pero que ya no somos niños pequeños y queremos que nos traten como adultos quizás evitaremos algún malentendido o discusión.
5 opiniones argumentadas

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Marta Tello
- Periodista, escritora y articulista

- Beatriz Winkels
- Adolescente curiosa y con iniciativa

- Sonia González Winkels
- Soy una adolescente de 15 años que da un punto de vista diferente


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Isabelle Filliozat
- Psicología clínica

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Miguel Ángel Núñez
- Psicología