
Los sesgos de la mente son deformaciones en nuestra comprensión de la realidad. Aprendemos a gestionarlos ya que la vida nos entrena, ayudándonos a minimizar prejuicios. Esto no quiere decir que dejemos de equivocarnos, pero sí que disminuirán nuestros errores.
Este aprendizaje es constante a lo largo de toda nuestra vida, identificando y clasificando nuestros sesgos. Tenemos que saber separar los insignificantes de los trascendentales, y los peligrosos de los confiables.
3 opiniones argumentadas

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Rafael Mira Prieto-Moreno
- Emprendimiento y conocimiento