
Cuando son miles de emigrantes los que llegan a un país, si cada grupo permanece cerrado en sí mismo no se construye sociedad común. Los ciudadanos se preguntan si deben exigir a los inmigrantes al menos unos mínimos para integrarse con la cultura del país de acogida, o que cada uno viva su vida.
La línea de investigación en temas de convivencia intercultural intenta evitar hoy día el término "integración" para hablar de conceptos como el de "aceptación mutua". Sin embargo, los ciudadanos, los políticos y los medios de comunicación siguen hablando de integración cuando tratan el tema de la inmigración. ¿Realmente se puede o debe exigir algo a quien cambia de lugar en busca de una vida mejor o sólo cabe entender el proceso, aceptarlo y acogerlo sin más?